viernes, noviembre 06, 2015

Despojo - Dispossession

Me he convertido en un despojo. En una mujer de carne y hueso que lo quiere todo, pero a su vez, alguien que no quiere nada. Retorno a la vida cada vez que algo me duele, que me duele y que me duele en el alma. El dolor es la única forma de hacernos sentir vivos, así como los momentos de felicidad que compartimos con alguien o simplemente en soledad. 

Soy un despojo de sentimientos, de emociones, pero por sobre todas las cosas, de objetos. Me deshago de mis cosas, las últimas semanas, los últimos meses. Vendí mi auto por una causa noble: ayudar al medio ambiente, y por una causa personal: evitar más gastos de los que una persona cuerda puede sostener en la vida. 

Últimamente quiero vender todo. No tengo muchas cosas pero quiero venderlas. Tengo planes y pareciera que las cosas que tengo son un estorbo. Mi cámara de video se desvaneció en el vacío de un par de billetes que me ayudaron a aguantar el último mes. Mi guitarra se despidió de mí hace una semana porque alguien más la quería acariciar. No tengo más que las pocas posesiones que un pordiosero cualquiera pudiese tener, mi ropa, mis óleos, una montonera de lápices de todo tipo, unos regalos que quizás nunca regale, un par de muebles que sostienen el inútil vaivén de mis libros cuya probabilidad de que los vuelva a leer es nula. 

Me entretiene la nada, mi mente, mis pensamientos. Me entretienen mis emociones, mi vacío y mi plenitud al sentir que tengo un hueco grande en el alma que llenar aún con viajes, recuerdos, pieles, besos, música, olores, sabores, placeres, mis preguntas...

Tengo 31 años y no me llena lo que la sociedad me pide: hijos, casarme, una casa, un auto, estatus social, un trabajo, regalos, ni siquiera zapatos... Me completa el día, esas emociones al leer mensajes esperados, mis habilidades culinarias, mi rabia al entender que no tengo el control de todo. Me llenan mis sonrisas, las propias; mis lágrimas por la esperanza que a veces se quebranta. 

Dejar herencia? que siga la estirpe? va! hay demasiada gente en el mundo ... 

un abrazo, gracias por leer
Lis