Hablar y reflexionar acerca del tráfico y trata de personas corresponde a un asunto que va más allá de la preocupación social, es más bien una necesidad personal la cual nos lleva a entender de qué se trata cada una y como se ha producido en estos últimos tiempos este fenómeno que no para de crecer. Ambos fenómenos constituyen actos de criminalidad y tienen similar connotación que es hacer uso de una personas para fines personales o aquellos que involucren el uso físico de tal ser humano para beneficio personal de distinto tipo.
El tráfico y trata de personas consisten en el uso de personas que se llevan al nivel de esclavitud, quitándoles toda su dignidad como tal. Incluso considerándoselas como objeto. Se han considerado ambos casos como sinónimos pero tienen diferencias. El objeto de la trata es la explotación de una persona en cambio el tráfico se refiere a la entrada ilegal de inmigrantes. Además en el caso de la trata no se requiere que las víctimas cruzen una frontera para que se configure el hecho delictivo. Para el tráfico ésta es una condición.
Lo relevante del tema es el incremento substancial que han tenido ambos en los últimos años. Esto debido a la gran cantidad de personas que viven en países menos desarrollados y que padecen difíciles condiciones de vida. Además de ello al endurecimiento de las políticas migratorias en los países industrializados y más importante aún, el hecho de que durante mucho tiempo este asunto se ha considerado como un problema aislado.
Ahora bien, la ACNUR dice respecto de la trata de personas lo siguiente :
La trata consiste en utilizar en provecho propio y en modo abusivo, las cualidades de una persona. Para que la explotación se haga efectiva, los tratantes deben recurrir a la captación, transporte, traslado, recepción o acogida de las personas. Los medios para llevar a cabo esta acción son: la amenaza, el uso de la fuerza, el rapto, el fraude, engaño, abuso de poder o de la situación de vulnerabilidad. Además se considera trata de personas la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación. La explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas, la servidumbre o la extracción de órganos.
Para el caso del tráfico de migrantes la ACNUR lo define como: la facilitación de la entrada ilegal de una persona en un Estado del cual dicha persona no sea nacional o residente permanente con el fin de obtener, directa o indirectamente, un beneficio financiero u otro beneficio de orden material.
Todas estas personas se ven expuestas a una situación de gran vulnerabilidad y expuestas a todo tipo de vejámenes y maltratos por parte de las redes criminales internacionales.
Lo preocupante de esta situación es el crecimiento que demuestra y que datos como la OIT dicen, que cada año más de 2,3 millones de personas son víctimas, específicamente del tráfico de personas. De esa cantidad el 80% corresponden a mujeres y adolescentes explotadas en el comercio sexual.
Es cierto entonces que uno de los gatillantes que llevan a la facilidad de estos delitos son las condiciones de vida, diferentes, que cada Estado puede otorgar a sus habitantes. Con los niveles de desigualdad existentes tanto en países desarrollados como subdesarrollados y las facilidades que existen para viajar, tanto como la desesperación por cruzar fronteras en busca de oportunidades laborales, son una buena chance para que las redes criminales internacionales aprovechen este tipo de negocios que increíblemente hace uso y desuso de la vida de una persona.
La preocupación actual debe consistir en considerar las cifras de población migrante alrededor del mundo y las particularidades que aquellas personas presentan y que se deben ser fuente de preocupación internacional por parte de la sociedad civil y autoridades. Son más de 180 millones de personas circulando en busca de mejores fuentes laborales, las mayores cifras se dan entre los 20 y 30 años de edad, La inserción internacional cada vez mayor de la mujer al mundo laboral también ponen en la palestra la mayor preocupación que se debe tener de mujeres en edad laboral y especialmente adolescentes como es el caso de los abusos antes mencionados.
También recordemos que el nivel de interconectividad y de profundización de la globalización lleva a que este tipo de delitos sean más frecuentes y fáciles ya que no existes los resguardos ni la seguridad apropiada para conseguir que toda persona que simplemente viaje con fines turísticos o de negocios o de búsqueda de oportunidades llegue a su destino. Para la cantidad actual de migrantes no es suficiente.
Saludos
Lis
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