El estado es un concepto que se vio por primera vez en los escritos de Florentino Nicolás Maquiavelo en su obra “el príncipe” por el año 1513. Se puede definir como una unidad político administrativa que rige un territorio sobre el cual ejerce poder y en el cual somete a sus habitantes a su autoridad. Ahora bien hay que recordar que la política es el proceso y la actividad que va orientada ideológicamente a la toma de decisiones de un grupo para la consecución de sus objetivos. Para el caso de la administración se entiende como la gestión de los recursos, bienes y servicios de una comunidad pública o privada.
Respecto del concepto de nación, éste surgió durante la Revolución Francesa, se consolidó en el siglo XIX en Europa y América y en el siglo XX en Asia, África y Oceanía. Nación se refiere a nacer. Quizá por ello la descripción más conocida es la que acuñaron las ciencias sociales sobre esta organización humana: es una comunidad de origen, cultura, religión y costumbres. Concepción que ha conducido a nacionalismos extremos que excluyen a quienes tienen otro origen étnico y exacerban con consecuencias funestas, las diferencias, los conflictos interraciales y económicos.
Hay naciones que se han desarrollado con habitantes de un mismo Estado y por ello se tiende a identificar ambos términos
Los términos Estado y Nación no significan lo mismo. Estado es una entidad política y administrativa; el concepto de Nación hace referencia al sentimiento de pertenencia a una comunidad, por razones históricas, étnicas, lingüísticas o religiosas. Sus partes constitutivas son el idioma, la historia común, el territorio habitado o abarcado, la memoria y la conciencia nacional o de identidad que se concretan en la disposición por los mismos propósitos y valores.
La Nación es una formación histórica constituida por una matriz subjetiva y cultural que comprende la lengua, los usos, las costumbres, la tradición, la mitología, la religión y la psicología común. A veces una Nación es mayor que el Estado en el que se ha desarrollado. Por ejemplo, un gran número de personas de lengua y cultura igual viven en otros departamentos o municipios, o incluso en otros países, pero se siguen considerando colombianos, a la vez que ciudadanos del país en el que viven.
Si bien tener en consideración ambos conceptos es importante hago alusión a ellos para reflexionar hasta qué punto deben ser relevantes en nuestras vidas. Si bien nacemos dentro de un territorio geográfico regido por un estado me cabe la curiosidad si el alcance que tiene aquel territorio es válido para aquellas personas que no reconocen fronteras o más bien se ven obligadas a adaptarse a la nueva situación que ya no se basa en la pertenencia a un lugar sino más bien a un conjunto de leyes que el estado propone y muchas ocasiones impone. Es verdad que la nación se reconoce como el lugar enraizado que llevamos desde el momento de nacer y su conjunto de tradiciones que sobrepasan muchas veces a las leyes que puede sostener un Estado sobre una nación y sin embargo ese es uno de los grandes fracasos que se nos ha obligado a corregir pues siempre se considera al estado mayor que a la nación. Hoy en Día uno de los conflictos más importantes a nivel mundial es el resguardo a las libertades y compromisos que los estados tienen hacia y con las naciones constituidas mayoritariamente, si me atrevo a reconocerlas, como aquellos pueblos originarios y que tienen una cultura muy distinta a la que la legislación es capaz de sostener y resguardar con eficacia.
Siempre he considerado tal punto como similar al reconocimiento de fronteras por parte de especies que crecen en cierto territorio y que por medio de la legalidad que constituye un papel escrito se hace parte de una u otra parte pero que en sí mismo no reconoce ninguna de las fronteras que se mencionan.
Si bien es cierto que una de las cualidades del estado es procurar en la medida de lo posible el resguardo de sus habitantes a través de su estructura interna al cual obedecer en muchas de estas ocasiones esto simplemente constituye un fracazo. Y es así como vemos los problemas actuales especialmente en las fronteras. En el interior procurando el resguardo de los intereses de sus propios habitantes frente a la oleada de seres humanos en búsqueda de oportunidades y con una apertura mayor que considera su estado actual y además el nuevo que les promete algo mejor. Lo mismo ocurre para pueblos con grandes similitudes en los límites geográficos y que anterior a la constitución de estas líneas eran parte del medio y de sus propias costumbres y culturas que se beneficiaban del resguardo y cuidado de pueblos y por qué no decirlo, naciones vecinas.
¿Es por tanto importante tener en cuenta al estado y a la nación para establecer límites que sobrepasen la legalidad y más aún el derecho a las personas a un lugar que elegir y en el cual se pueda vivir mejor?
Saludos
Lis