No hay mucho más que decir que lo que la información de los medios decía, supuestamente, ya que como ellos describen " las imágenes no exponen la realidad de las cosas" y es verdad.
La noche del terremoto, en la casa de mis padres habían 11 personas; 9 en el segundo piso y 2 en el primero. A modo de pijamada con mi prima, hermana y primo estabamos en un cuarto en el siguiente estaban 2 personas y en otro 3. En el primer nivel estaban mis padres.
Yo, dormida sentí que mi cama se movia mucho y desperté de inmediato. Como nunca salte de la cama y me paré como pude ya que todo se movia de forma impresionante. Desperté con un grito a mis primos y traté de ir a la otra habitación pues estaban mi otra hermana y mi ahijado, su hijo de 2 años. En el marco de la puerta apenas podía sostenerme ya que se movía demasiado. Todo parecía gelatina y escuché unos ruidos horribles que en ese momento no tenía idea de donde provenían. Miré por la ventana y todo afuera estaba oscuro y moviéndose con la misma intensidad. Vi que mi hermana estaba con su hijo en brazos y comenzó a declinar la intensidad mientras veía que todo se caía al suelo sin más. Entre a esa habitación y por la ventana vi un gran muro de material en el suelo. Todos estaban despiertos en mi casa y sujetandose como podían ya que en momentos no se encotraba espacio ni dónde sostenerse. Bajamos con mucho cuidado pues mi madre pudo subir y nos previno de que bajemos de inmediato pues era peligroso estar ahí. Cuando bajamos vimos todo en el suelo y todos los muebles corridos. Vidrios por todos lados y los movimientos continuaban con menor intensidad pero continuaban.
Sólo caminando en la case se percibía distinta. A oscuras y llenos de obstáculos todos trataron de mantener la calma pero era algo complejo. Mi madre nos dijo que mientras ocurría el terremotos ella trataba de abrir puertas pero estaban trabadas. No se podían abrir. Sólo con ayuda de mi tío y primo pudieron y ella pudo abrir otra. Sacaron el auto y dejamos la casa tirada por unas horas ya que luego de algo así es evidente que el mar toma su curso. Afuera en la calle los vecinos se miraban unos con otros asombrados y muchos hicieron lo mismo que nosotros. Estabamos lejos, en lo más alto de Concepción y, acerca del mar, era difícil que llegara, pero las precauciones son mejores. Arriba, muy arriba se escuchaban explosiones en todo Concepción y el correr de autos y ambulancias tanto como bomberos y carabineros. Todo a oscuras pero se veían los focos de incendios y fuego a lo lejos. Todo el rato fue intenso, más bien todo el tiempo desde que comenzó ya que las réplicas o afterquakes no se han detenido desde el 27 de febrero a las 3:30 am. Era interminable la espera, en especial de la llegada del día, de la claridad del Sol...
Al volver a casa y ya sabiendo que al menos una radioemisora estaba disponible con radios a pilas ya que electricidad no había, estabamos al tanto de los daños que podían haber con un terremoto de 8.8 en Richter. Eso es mucho!, demasiado para haber pasado tanto tiempo, la zona, sin sismos tan grandes ni fuertes.
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Yo, dormida sentí que mi cama se movia mucho y desperté de inmediato. Como nunca salte de la cama y me paré como pude ya que todo se movia de forma impresionante. Desperté con un grito a mis primos y traté de ir a la otra habitación pues estaban mi otra hermana y mi ahijado, su hijo de 2 años. En el marco de la puerta apenas podía sostenerme ya que se movía demasiado. Todo parecía gelatina y escuché unos ruidos horribles que en ese momento no tenía idea de donde provenían. Miré por la ventana y todo afuera estaba oscuro y moviéndose con la misma intensidad. Vi que mi hermana estaba con su hijo en brazos y comenzó a declinar la intensidad mientras veía que todo se caía al suelo sin más. Entre a esa habitación y por la ventana vi un gran muro de material en el suelo. Todos estaban despiertos en mi casa y sujetandose como podían ya que en momentos no se encotraba espacio ni dónde sostenerse. Bajamos con mucho cuidado pues mi madre pudo subir y nos previno de que bajemos de inmediato pues era peligroso estar ahí. Cuando bajamos vimos todo en el suelo y todos los muebles corridos. Vidrios por todos lados y los movimientos continuaban con menor intensidad pero continuaban.
Sólo caminando en la case se percibía distinta. A oscuras y llenos de obstáculos todos trataron de mantener la calma pero era algo complejo. Mi madre nos dijo que mientras ocurría el terremotos ella trataba de abrir puertas pero estaban trabadas. No se podían abrir. Sólo con ayuda de mi tío y primo pudieron y ella pudo abrir otra. Sacaron el auto y dejamos la casa tirada por unas horas ya que luego de algo así es evidente que el mar toma su curso. Afuera en la calle los vecinos se miraban unos con otros asombrados y muchos hicieron lo mismo que nosotros. Estabamos lejos, en lo más alto de Concepción y, acerca del mar, era difícil que llegara, pero las precauciones son mejores. Arriba, muy arriba se escuchaban explosiones en todo Concepción y el correr de autos y ambulancias tanto como bomberos y carabineros. Todo a oscuras pero se veían los focos de incendios y fuego a lo lejos. Todo el rato fue intenso, más bien todo el tiempo desde que comenzó ya que las réplicas o afterquakes no se han detenido desde el 27 de febrero a las 3:30 am. Era interminable la espera, en especial de la llegada del día, de la claridad del Sol...
Al volver a casa y ya sabiendo que al menos una radioemisora estaba disponible con radios a pilas ya que electricidad no había, estabamos al tanto de los daños que podían haber con un terremoto de 8.8 en Richter. Eso es mucho!, demasiado para haber pasado tanto tiempo, la zona, sin sismos tan grandes ni fuertes.
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